Chiarianos.

domingo, 16 de enero de 2011

¿Triangulo amoroso? Prefiero los cuadrados

Siento deciros que en las semanas siguientes a estos acontecimientos repentinos no ocurrió nada digno de mencionar...
Así que lo nombrare todo de una forma rápida y difusa.
Cuando Carla se instalo le conté lo que había pasado con Marcos, entonces ella, y hizo lo que yo creía que no haría nunca, intentar ligar con el...
Pero el afortunadamente pasa de ella completamente, por cierto Marcos lo ha dejado con Ángela, pero siento decir que ahora va a por Yaralia... La jefa de las populares...
Carla se ha integrado estupendamente gracias a mi... Y ami no se me pasa el dolor de la perdida de Marcos... Matt no sabe que hacer conmigo, y presiento que pronto querrá que yo le entregue mi... “flor” la que no tengo obviamente...
Y el no sabe por supuesto que perdí mi virginidad con... ese ser.
Un día mientras me duchaba, Marcos entro en el baño, quería hablar conmigo fue el quien me contó que Carla iba detrás suya, también dijo que me echaba de menos, y que si no podíamos estar juntos, que por lo menos fuéramos amigos como antes. Y a esa petición no me pude resistir. Así que el otro día siendo “amigos” me beso, ya sabía yo que esto pasaría y como no Carla nos vio. Ahora esta algo enfadada conmigo. Aunque sinceramente me la suda bastante.
Mi vida últimamente es un pozo sin fondo, los día entre semana me dedico a fingir, y lamento decir que a estas alturas soy ya una excelente actriz. Los sábados suelo salir con Carla a hacer algo y de fiesta por la noche, y de nuevo finjo que no pasa nada. Los domingos en cambio son los días donde puedo ser yo misma de nuevo, me voy a la calle, sin rumbo fijo, solo me centro en mis pensamientos normalmente suelo buscar sitios tranquilos, me suelo decantar por los cafés antiguos y plazas solitarias. He descubierto que la mejor manera de descansar es dejar la mente en blanco, y eso hago. Me siento y bebo café sin pensar en nada... Solo recuerdo vagamente la forma de mi huerto, como se siente el calor del sol, el aire refrescante en un día de calor intenso, como huele la tierra seca y las plantas... etc.
Supongo que parecerá una tontería echar de menos un sitio del que fui total y absolutamente desterrada, pero es así...
El argentino del Starbucks y yo ya eramos casi mejores amigos, el me preguntaba todos los días “¿Que tal el día Chiara?” Y yo le respondía “igual que desde hace un mes, insufrible”
El nunca me pregunto que me pasaba, simplemente me miraba distraído desde una esquina de la barra y a veces pintaba en un cuaderno algo, hasta hace poco no descubrí que trabaja allí para pagarse la carrera de bellas artes y que me usaba a mi como su musa. Eso me divirtió y muchas veces fui a su casa para posar para el, aunque la mayoría de las veces mas que pintar hablábamos y reíamos. Tarde justo 5 semanas en abrirle mi corazón al argentino. Le conté lo que me pasaba y el simplemente me abrazó y me secó las lagrimas sin saber que decir o hacer.
Lo que yo no sabia era lo que pasaba a mis espaldas en casa, solía dejar a Carla sola, ella tenía su vida a parte de mi, igual que yo la mía.
Pero lo que os contaré ahora lo descubrí justo ayer, y la verdad, preferí no haberlo descubierto...
Entré en mi habitación después de una sesión de pintura con quien yo llamaba mi argentino particular, y allí estaba Carla liándose con mi hermano...
Fue doloroso verlos juntos, pero mas sabiendo que Carla sabia lo que yo sentía por el y después el juro y perjuro que no pasaba nada entre ellos pero no me molestaba tanto por el, si no por ella, era mi mejor amiga, y las amigas no se hacen esas cosas...
Llevo todo este tiempo sin hablarle, pero no quiero parecer rencorosa... Pero debería buscarme una buena manera de joderlo a el... Lo que pasa es que no se si el ya siente algo por mi...
Pero no importaba, el había seguido adelante, pues yo también... Y esta vez no miraría al pasado nunca mas aunque sabía que eso significaría que todo debía cambiar bruscamente...
Pensé que en ese momento lo que mas me convenía era irme de compras, y así hice. No estaba bien hacer las cosas con la mente caliente, la venganza se sirve mejor en frío. Después de horas dando vueltas, probándome ropa y sin saber que hacer fui a para a oisho, entonces todo cuadró, sabía la mejor forma de hacer que Marcos desapareciera completamente de mi vida, entregándome a Matt al completo, y solo había una forma de hacerlo. Tenia algo que comprar en la tienda con ropa interior mas sexy de toda la ciudad. A por cierto... También tenia que comprarme una gabardina larga... Mi plan para olvidarle, sería perfecto igual que en las películas antiguas, aunque olvide que en las películas nada sale nunca bien.
Me compre el oisho unas ligas negras, un tanga negro de transparencias y un sujetador a juego. Me compré una gabardina roja por la rodilla, unos tacones de mustang, de esos de punta redonda, tacón fino y de charol tan bonitos y salí directa a casa de Matt, que a estas horas solía estar solo...
Esta vez nadie me obligaba a serle “fiel” y yo estaba con libertad de hacer lo que me daba la gana...
Solo llevaba puesto lo que me había comprado hoy, nada mas... Me dirigí apresurada a casa de Matt, el me abrió la puerta sorprendido, y a la vez, ilusionado.
-Chiara ¿Que haces aquí? Pasa pasa.
-Pues, he querido darte una sorpresa... ¿Estas solo?
-Si claro... ¿Por?-Entre en su casa de parquet y disfruté haciendo resonar mis tacones.
-Mmm... ¿Por cuanto tiempo?
-Pues... unas dos horas... ¿Y ese interés?
-Te acuerdas que una vez me preguntaste algo... ¿Y te dije que no estaba preparada?
-Chiara ¿a que viene eso ahora?
-Pues a que ya si lo estoy, estoy preparada para ti, creo que es el momento-susurre, acto seguido cerré la puerta con una leve patada y le bese.
-Chiara ¿Que te pasa?
-He decidido dar un paso mas en nuestra relación, yo te quiero y... te necesito...
El me miro perplejo, y un momento después me beso de nuevo con una furia jamás imaginada... Nunca pensé que sus besos me pudiesen gustar mas que los de Marcos, pero este beso fue mucho mas especial que los de Marcos. Pero no se si fue por el odio que sentía hacia Marcos y si era por la pasión recluida que tenía Matt.
El me quito la gabardina y me vio semi desnuda. No voy a contar lo que sucedió a continuación. Eso quedará entre Matt y yo.
Volví a mi casa a las dos horas, con una sonrisa tonta en la cara y el pelo revuelto. Entré en casa canturreando una canción y yo ni siquiera era consciente de ello.
Marcos me miraba extrañado desde el fondo del pasillo.
-¿Se puede saber que te hace tan feliz? Creí que estabas enfadada con el mundo.
-El mundo no gira alrededor de ti y de tu querida amiguita Carla, Marcos, tengo cosas mas importantes que hacer que preocuparme por lo que le harás a ella...
-Entonces, tus preocupaciones de que son ¿de Matt?
-Básicamente...-respondí indiferente y con la cabeza tan alta que ni siquiera lo vi acercarse y quitarme la gabardina de un tirón.
-Así que esto es a lo que te dedicas ¿Eh? Por favor... creí que eras mas decente Chiara, ¡ir a el por celos!-respondió al borde de un ataque de nervios
-¡Perdona! ¡Celos! Eres tu el que esta formando esto con algo que ni siquiera te incumbe-dije arrastrando las palabras y haciéndoselas tragar una a una.-Adiós Marcos.
Me abroche la gabardina y salí de nuevo a la calle con la cabeza alta y el ánimo por los suelos...
No sabía a donde dirigirme, las lágrimas corrían por mis mejillas mis tacones resonaban fuerte por la acera, pero esta vez no me gustaba, me hacía sentirme sola, indefensa y vacía... Pensé en ir con Matt, pero el no sabia nada de nada, también pensé en ir con Carla, pero no después de lo que me había echo... Y mi última opción era mi argentino que por cierto, se llama Jonh.
Me dirigí a su casa, en principio no pensé en mi ropa, algo llamativa. Pero bueno, eso ahora no importaba... Solo necesitaba a alguien que me abrazase...
Llame a su puerta tres veces, hice una series de ruiditos impacientes con mi tacón izquierdo y me dispuse a contar segundos para relajarme... uno... dos... tres... cuatro... y justo al llegar a quince el abrió la puerta, tenía el pelo mojado y vestía un chándal verde a juego con sus ojos.
-Chiara ¿Que os paso?-dijo con su gracioso acento que tanto me gustaba.
-Jonh... Lo siento, no debería haber venido solo que... eres la única persona que sabe todo lo que he pasado todos estos meses y... necesitaba desahogarme...
-Tranquila Chiara... Todo pasó...-Me abrazo fuerte y me metió en su casa de olor a axe y a todo tipo de fragancias masculinas.-¿Que os pasó?
Me senté con el, me fue a preparar un té y mientras esperaba me senté en su sofá de tela roja olía a tabaco y a menta, me recordaba a el olor de la ropa de mi abuelo.
Me tumbe y me acurruque esperando a que todo esto pasara, que el tiempo se parase y yo desapareciese...
El se acerco sin hacer ruido y me beso la frente.
-¿me vas a contar ya lo que te ha pasado?
-Es vergonzoso...
-Nunca te juzgare Chiara... Me importas demasiado...
Le hice una seña para que se sentara a mi lado y apoye mi cabeza sobre sus piernas, respire profundo un par de veces y le conté todo lo sucedido.
-Pero... Entonces... ¿No te a dado tiempo de cambiarte?-musitó divertido.
-No-susurre avergonzada por no haberme acordado de ese “pequeño” detalle.
El sonrió y me susurro en el oído.
-Espera un segundo princesa.
Y en menos de cinco minutos me había traído una camiseta suya limpia, me la puse y como era tan larga no se me veía nada y por fin podía quitarme esa odiosa gabardina.
-Estas preciosa...-se levanto rápidamente y cogió su bloc de dibujo, me tumbo en el sofá y se sentó en el suelo enfrente mía-te voy a dibujar, no te muevas...
Me quede quieta al instante, tampoco sabia que hacer de todas formas, así que hice caso. No me di cuenta hasta un rato después, pero cada vez que se acercaba para cambiarme de postura se acercaba mas a mis labios, y la sexta vez que se acerco se quedo quieto a apenas a unos cinco centímetros de mis labios.
-Chiara, sabes...-se quedo atrancado, como si no pudiese hablar-¿sabes que te amo...?-Me quede petrificada pero el susurro al instante-tranquila, te amo y por eso no quiero hacerte daño... Nunca te haré algo que tu no quieras, se que estas pasando por un momento difícil... Y nunca me perdonaría hacerte daño... También se que algún día entenderás la forma en que te amo... Tan fuerte, que no se podría explicar, aunque también siento reconocer que ese amor no sera para mi... Si no para otro, pero yo seré feliz viéndote feliz.
Acto seguido se calló, y me siguió dibujando, no quise hablar, tenía miedo... Miedo al no saber que era peor, si callarme y no decir nada al argentino al que yo tanto amaba, o decirle que no podía estar con el por razones que no eran nuestras edades distintas, sino que yo estaba enamorada de dos mas... No podía caer en el tercero... Por ahora no sería aun más confuso. Pero lo peor es que yo también le amaba. Y si alguien dice que un solo corazón solo pertenece a una persona se equivoca porque el mio pertenece a tres.
-Jonh, creo que yo también te quiero, pero no puedo permitirme dividir mi corazón en otra parte. Sería demasiado doloroso, además, tu te mereces alguien mejor que yo, alguien que pueda entregarse a ti por completo y si excepciones, y esa persona no soy yo. Lo siento.
El simplemente me beso en la frente y me abrazó, no quería nada más de mi.
Y se lo agradeceré eternamente.



viernes, 7 de enero de 2011

¡Sorpresa sorpresa!

Llevaba dos horas hablando con ella por teléfono, ahora ella era mi mayor confidente y le contaba todo lo que me pasaba día a día...
Me dijo que tenía una sorpresa para mi... Estaba realmente intrigada... No sabía que podía ser...
-Carla que dices eso es fantástico-dije gritando loca de alegría por la habitación.
-¡Claro que si! Por supuesto, será genial. Podremos compartir todo... ¡Como hermanas!-La voz del teléfono estaba casi igual de entusiasmada que yo, y me encantaba la idea que esta proponía...
-Pero... ¿Cuando empieza la beca?
-¿Dentro de dos semanas? ¿Estarás de broma no? ¿Sabes la cantidad de cosas que tengo que prepararte? ¡Oh va a ser genial!
-No, mi madre no lo sabe... Pero te adora... Va a ser fácil convencerla... Tu déjamelo a mi...
-Te llamo cuando se lo diga ¡Te quiero!
La línea se corto y yo me dedique a saltar y ha gritar como una posesa, rebosante de felicidad los siguientes 3 minutos.
Después salí corriendo hacía el taller de mi madre tirando todo lo que me encontraba a mi paso, incluido a Marcos.
-Mamá, mamá te tengo que contar una cosa... Buah te vas a quedar ¡flipada!
-Chia cari, ¿De que hablas?
-Mamá ¡a Carla le han dado una beca para estudiar en Barcelona!
-¿Que? ¡Chia eso es fantástico!
-¿Y a que no sabes lo mejor?-dije sonriente.
-¿El que pequeña?
-Que viene a estudiar a nuestro instituto.
-Y entonces... ¿Se tendrán que mudar sus padres?-A mamá le caía muy bien Carla, pero cuando se trataba de su madre... Eran como agua y aceite, justo al contrario que nosotras...
-Ese es el problema... Que su padre no puede dejar la granja... Y su madre no puede dejarlo solo... Así que... Se preguntaba si...-me costaba mucho decir esto... Pero era importante, además ella era mi mejor amiga, mamá tenia que aceptar-Se podía quedar en casa este curso...
-Chia...-dijo recopilando información-Chia, queda un trimestre entero... No es como si me pides que se quede a dormir un fin de semana... Son tres meses... No se si...
-Por favor madre, sabes que me ha costado mucho adaptarme, me he cambiado mas de 5 veces a casas distintas, y siempre e vuelto a la granja, y nunca te he pedido ni un favor, ¿no podrías concederme este? Solo por esta vez además creo que me lo merezco ¿No?
Fueron los peores cinco minutos de mi existencia, supongo que mas que pensar en que estaba mal que acogiese a Carla en casa... Pensaría en como odiaba a su madre. Pero al final, acepto a regañadientes.
-Gracias mamá eres la mejor-Y con un suave beso en la mejilla me despedí preparada para reorganizar el atestado cuarto.
Y acto seguido salí corriendo hacía mi habitación, ahora tenía la mejor escusa de todas para cortar con Marcos, Carla estaría en casa, y fuera también estaría conmigo. Y eso significaba nada de besos... O... cosas de esas... Aunque sinceramente, sabría que por mucho que me lo propusiera no lo conseguiría, nunca.
Le hice sitio en la habitación, en el armario, e incluso le puse una cama individual en una esquina.
Marcos no entendía lo que estaba pasando... Pero ya lo entendería cuando llegase la hora... O eso era lo que yo quería... Tenía que hablar con el... Explicarle todo, y decirle, que ella sabe todo...
Pero no sería fácil, porque antes de que me diese cuenta y estuviésemos solos.. Se me lanzaría al cuello como un león hambriento...
Y eso no era nada que en este momento debiera hacer, debería hacer nuestra separación mas gradual, pero eso no sería posible... No ahora, pues ya era demasiado tarde...
Me fui a la ducha decidida, pues ya nada me iba a impedir volver a ser la chica de antes.
Me pase una hora en la ducha cantando y bailando, esperanzada, pues mi vida podía empezar a ser normal desde este momento...
Eso significaba que gran parte de la antigua Chiara iba a volver... La verdad, es que a veces la hecho mucho de menos...
Salí de la ducha con una toalla azul que cubría lo justo necesario y mi pelo chorreaba suelto en mi espalda, entre en la habitación, Marcos me esperaba allí, sentado.
-¿Que te pasaba antes?
-Tengo que hablar contigo Marcos, es serio.
-Dime cari, ¿Que te pasa?-su cara reflejo una preocupación mayor que cualquier cosa, me sentó a su lado y me cogió de la mano-¿Te a echo algo Matt?
-No, no es el... Una amiga de el pueblo va a venir a pasar el último trimestre a casa... Osea... que va a vivir aquí... Y va a estar conmigo siempre...
-¿Y...?-no lo entendía...
-Que no nos podremos seguir viendo... No mientras ella este, se sentiria extraña, y no podemos meterla en nuestra farsa.
-¿Qué? ¿¡Que dices Chiara!? No puedes hacer esto...
-Si que puedo, es lo que debemos hacer... No podemos seguir con esta farsa mucho mas... Todo el mundo se enterara y eso no nos conviene a ninguno de los dos... Lo hago por nuestro bien... Antes de que esto llegué mas lejos de lo que ha llegado...
-Pero Chiara... Yo... Te amo...-esas palabras me partieron el corazón, deseaba decirle que yo también... Pero debía se fuerte en este momento... Nuestra historia era imposible, y ahora que tenía la oportunidad... No lo iba a echar a perder...
-Sabes que lo nuestro es imposible... No lo fuerces...-Sentí mis lagrimas apunto de caer pero resistí un poco mas-Además lo nuestro no podría salir bien ¿Que estaríamos ahora y después que? ¿Seremos hermanos y ex-novios? ¿Nos casaremos?-Me reí intentando fingir que eso no era lo que yo quería- Mira mejor cortar por lo sano antes de que sea demasiado tarde.
Salí precipitadamente de la habitación, y por fin, deje a mis lagrimas tomarse la libertad y salir... Y sabía perfectamente que ahora mismo el también estaría llorando... Pero nunca lo reconocería..-Te amo-susurre... y en ese instante me deje llevar por la melancolía y llore y llore sin poder parar por el amor... Por lo prohibido y sobre todo... Por el...
Lo escuche llorar esa noche... justo en la cama de encima mía... Y se que el también me escucho llorar, pero no se atrevió a decirme nada... Sentía unas ganas horribles de subir esos siete peldaños que me separaban de el... Y acurrucarme en su pecho y que me dijera que no pasaba nada, que lo entendía y que me amaba por encima de todo, pero no era lo correcto... Aunque hacer lo correcto me estaba destrozando el corazón...
Me levanté de la cama, y lo miré, subi un peldaño, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete. Me metí en su cama y le abrace. Le quería demasiado para verle sufrir. El me miro, me acarició el rostro y me hundio en su cálido pecho. No se si esa noche dormi o solo llore, simplemente estuve metida en una especie de burbuja a 10.000.000m de altura.
Al día siguiente fingí una gripe, pues quería poder llorar a solas y sin nadie a mi alrededor, y tenía los ojos tan rojos que mi madre lo asoció a que estaba muy enferma...
Esa mañana me la pasé enfrente de la tele, con una gran tarrina de helado de tres chocolates y las lágrimas por mis mejillas mientras veía una maratón de películas tristes en el bonito sofá de la habitación...
No se lo que el le diría a todo el mundo sobre mi ausencia en clase, solo se que el estaría fingiendo mucho mejor que yo y que el no estaría llorando y deprimido. O por lo menos eso decía... Estaría con su novia...
Ojala se muriese-pensé.
Los días pasaron... Pero lamento decir que mi dolor no se desvaneció, Matt me veía extraña y yo no sabia explicarle lo que me ocurría...
Carla estaba apunto de llegar a Barcelona, y ya todo estaba listo para recibirla... Su cama estaba echa, había hecho un gran hueco en mi armario para su ropa y otro hueco en mi estante del baño para su maquillaje y esas cosas...
Faltaban dos horas para que aterrizase su avión y estaba sinceramente bastante nerviosa...
Me monte en el coche con mi madre, mi “padre”, y... mi hermano....
El me miraba con ojos llenos de ira, tristeza y temor y... a la vez sus ojos estaban rojos a causa de unas lágrimas que el no reconocía como suyas...
Tardamos media hora en llegar al ajetreado aeropuerto, una media hora de silencios incómodos y música de los cuarenta principales que solo servia para rellenar el silencio que, de una manera u otra significaba que algo iba mal a parte de mi vida sentimental...
Mi madre lo notaba, sabía que lo notaba.
Cuando llegamos al aeropuerto me di prisa en separarme de mi familia rota para reencontrarme con mi gran amiga y intentar dejar atrás dolorosos recuerdos...
La vi, estaba cogiendo sus maletas de la cinta del equipaje.
Llevaba una falda vaquera casi tan corta como la mía y una camiseta normal y corriente... No iba especialmente llamativa... Pero algo había cabiado en ella estaba muy maquillada, y observaba a la gente con aire de superioridad.
Me acerque a ella corriendo y la abrace intuitivamente.
-¡Oh Carla! ¡Cuanto te he echado de menos!
-¡Chiara! Y yo a ti a sido un suicidio... Te e echado tanto de menos...
-Tía... te tengo que contar tantísimas cosas... Te tengo que presentar a mi novio, y a mis amigas... ¡Y a todo el mundo! ¡Tengo muchísimo trabajo! Tengo que convertir en una popular como yo, les e informado a todos de tu llegada y están deseando conocerte... Ven te ayudo con las maletas-ella se rió por mi prisa en enseñarle todo y yo cogí gran parte de sus maletas y las llevé a rastras al coche donde la familia nos esperaba en silencio, como siempre...
-Familia, esta es Carla. Carla estos son mi madre Diana, mi padre Dan y... mi hermano Marcos-me dolió decir su nombre tanto como una patada en el estomago, no había dicho su nombre desde nuestra despedida. Y decir su nombre en voz alta me provoco mas del dolor acostumbrado.
-Encantada-dijo Carla al adivinar en lo que estaba pensando... Nosotras siempre que hablábamos de el lo denominábamos X.
-Marcos ayudale con las maletas-soltó Dan de repente.
-Claro padre...-el me miro con cara de pocos amigos y se dispuso a guardar las maletas en el maletero. Su mano paso rozando la mia y fue un dolor apenas descrito, que abrasaba.
El viaje de vuelta a casa fue igual de silencioso que el de ida, pero ahora ni siquiera había una radio que amortiguase el silencio...
Supongo que tardare mucho en acostumbrarme en estar sin Marcos... Pero sigo pensando que esta es la mejor opción para todos...
Carla mantenía la miraba fija en Marcos como si fuera una gata en celo... Un pensamiento estúpido... ¿No creéis?

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La antigua vida ya no es tan satisfactoria

Pasaron los días y llegó el maravilloso día en el que tenía que volver a la granja… A mi humilde granja…
Prepare mi gran maleta rosa llena hasta arriba de ropa… Y me metí en el todo-terreno negro de mi madre y el chófer me llevo al aeropuerto, ya no recordaba todo lo que odiaba ese coche y a ese chófer que por hacer algo, nunca hacía nada. Me monte en el avión, me puse los cascos y me dispuse a pensar en todo lo que últimamente me rondaba por la cabeza que no era poco… Pero pensar a veces pensar no es lo más sensato, por que a los 5 minutos estaba llorando, con el rimel corrido manchándome toda la cara…
-¿Te pasa algo?-dijo mi compañero de asiento, un hombre alto que tendría unos 10 años mas que yo.
-La vida es complicada… Y sobro todo cuando también se meten por ahí las hormonas…
-Lo se pequeña… Pero todo pasa… Y al final siempre se consigue ser feliz.
-¿Y como se sabe cuando se es feliz?
-Cuando te acuestas en tu cama y puedes cerrar los ojos y olvidarte de todo, cuando puedes sonreír sin que nadie te lo pida, cuando puedes quedarte 2 horas sin hacer nada a parte de observar la belleza del paisaje… Entonces sabes que eres feliz y mientras, simplemente tienes que hacer lo que te dicte tu corazón, sin importar las consecuencias, por que es tu vida, solo tuya.
No le respondí, simplemente le mire y sonreí. Pero esta vez… Nadie me obligo a hacerlo simplemente, fue un acto reflejo.
Salí del avión pensando en lo que aquel desconocido me había dicho, no podía creer que un hombre, un completo desconocido me hubiese desvelado el saber de mi existencia y puede que de toda la humanidad... Me hizo gracia, supongo que la gente mas inesperada te puede enseñar las cosas mas valiosas... Debería recordarlo para otro momento cuando estuviera a punto de caer como había estado en tantas ocasiones...
En el aeropuerto me esperaba Anabel, había perdido un par de kilitos, el pelo algo más cano y su sonrisa parecía decaída por algo que no sabía.
Me acerque corriendo a ella tirando de mis numerosas maletas y la abrace.
-Oh Anabel... ¡Te he echado tanto de menos!
-Yo también pequeña Chiara... Dios... Has cambiado muchísimo... ¿Y eso que es? ¿No sera maquillaje verdad? ¿Y esa ropa nueva? ¡Pero pequeña que han hecho contigo!-dijo confundida e irritada.-Pero bueno estas guapisima como siempre. ¿Que has echo durante todo este tiempo, tu abuelo y yo estábamos deseando verte?
-Yo tambien os he echado de menos, todo en la ciudad es demasiado extraño para mi.
Ella no se callo en todo el trayecto, cogió mis maletas y se dirigió al coche. La seguí son poner resistencia ya tendría tiempo de separarrme con ella mas adelante.
Me monte en el asiento del copiloto y me puse a darme un repaso a mi impecable maquillaje mientras Anabel conducía hacia la granja, me miro y suspiro...
La granja seguía tal y como la recordaba, aunque nunca me había dado cuenta de lo cutre que quedaban los desconches de pintura en la fachada y de la cantidad de hierbajos... Tenia que solucionar eso... Daba una pinta horrible, aunque no es que fuera muy importante.
Subí a mi habitación cargada con mis numerosas maletas, la habitación estaba peor de lo que recordaba... No pensaba que fuese así... Yo la recordaba mas amplia y luminosa... Y mejor decorada... Aunque quizás eso seria por que antes no pensaba como antes.
Me senté en la cama... Me sentía... ¿Como me sentía? Era un sentimiento confuso... Me sentía perdida en mi propia casa, me sentía abandonada sola... Era como si no encajase aquí... Todo había cambiado, pero no eran las cosas las que habían cambiado si no yo.
Deseche esos pensamientos... Eso al fin y al cabo era imposible... estaba en mi casa... Me puse unos mini shorts blancos, una camiseta de tirantas de estampado marinero y unas romanas altas.
-Abuelo-grite-¿Donde estas?
-¡Chiara!-dijo un anciano desde el taller-estoy aquí mi vida, ven a darme un abrazo.
Me apresure corriendo al taller para verle y abrazarle, pero algo de lo que vi allí me dejo perpleja, habían desaparecido los miles de muñequitos de cuerda antiguos que compraba mi abuelo en los mercadillos, en su lugar estaba todo lleno de papeles, mas bien contratos...
-Abuelo... Que... ¿Que pasa aquí?
-¿Que pasa de que?-respondió abrazándome.
-¿Y los muñecos... y todas nuestras cosas?-me separe de el y espere su respuesta.
Su cara se ensombreció, y los ojos se les pusieron rojizos.
-Los muñecos están guardados en unas cajas e el desván. Arias bien si te los llevases, si los dejas aquí, no sabría que podría pasarles...
No entendía que le pasaba al abuelo, estaba triste y alicaído.
No dije nada y salí del taller, fui directa a la plaza del pequeño pueblecito donde vivía, llamada del salvador, allí todo el mundo me saludo encantado de volver a verme, aunque sabia que después me criticarían a mis espaldas por el gran cambio que había dado... Pase el día hablando con mis queridos vecinos, que eran como mi familia. Mis amigos estaban tal y como los recordaba... Y, después de cotillear sobre todo (O casi todo) con mi gran amiga Carla, una chica de mi edad, el pelo rizado y castaño oscuro con la piel muy tostada, los ojos color caramelo y una gran sonrisa blanca y perfecta.
Le conté quien era mi novio, o que me hicieron a la llegada y todas esas cosas... Ella estaba alucinada... Me dijo que un día escribiría una novela con mi historia... Yo no la creí, dije que mi vida no daba para tanto... ¡Já! que irónica es la vida...
Me dijo que por la noche habría una fiesta, y que mi gran amor de infancia iría. Una sonrisa tonta me ilumino la cara, aunque ya tenia dos novios, el poder verle me hacía ilusión... Aunque sabia que si antes no podía estar con el por lo tímida que era... Ahora no podría estar con el por la cantidad de cuernos que eso suponía...
La fiesta era una fiesta ibicenca en la playa, con hogueras, cuentos de miedo, barbacoa... Etc...
Lo de siempre... Nada del otro mundo... Solo irían los chicos de mi edad y del curso superior... Nada de chiquitines dando vueltas...
Estaba emocionada por la invitación, si no hubiese vuelto de esta manera al pueblo nunca me hubiesen invitado... Antes era mas bien poco popular...
Cuando llegue a casa el abuelo no quiso hablar conmigo, yo no insistí. Me fui a mi cuarto, me duche y me puse un traje blanco de perforado muy corto y un bikini a rayas azul marino. Junto con las romanas altas.
Me maquille un poco, con lo que se dice lo normal y me fui dispuesta a la playa con mi maxi-bolso marrón colgado al hombro.
Todo el mundo me miraba cuando entré en la playa, y rápidamente me di cuenta de que:
A) Mi vestido era demasiado corto.
B) Todas llevaban camisetas raídas blancas y vaqueros.
C) Ninguna llevaba ni una pizca de maquillaje.
Bien, la estaba pintando... Bueno no me importaba... Haría como llevaba haciendo las últimas semanas, disimular. Eso ya se me daba estupendamente.
-Hola chicos-Salude.
-Hola Chiara-dijo Carla mientras me arrastraba a un lugar apartado de la gente.
-¿Que haces?-preguntó-Para que te maquillas estás en la playa.
-¿Como? ¿Que haces tu? ¿Así pretendes ligar con Elliot, tu amor de hace mil? Anda ven a mi casa necesitas un lavado de cara... Un poco de corrector aquí, lápiz, colorete...
-¿Pero que? En que te has transformado Chiara, tu no eres mi mejor amiga. Eres una autentica desconocida... Mi amiga no diría eso... Tu... has cambiado.
-¡Y tanto que he cambiado! No sabes ni la mitad de cosas que he echo desde que me fui a Barcelona... No sabes todo lo que he sufrido allí. No tener con quien hablar... No tener amigos reales... Solo desconocidos a todos lados... Claro que si Carla, por supuesto que he cambiado... Pero a ti eso te da igual ¿No? Solo te importa que yo no resalte mas que tu... ¡Pues no! ¡Estoy harta de todos!-me desahogue con ella, sabía que no debería haberlo hecho... Pero lo hice, le grité y le enseñe mi cara mas oscura oculta durante tantos días...
-Chiara... ¿Y si no has echo eso que has echo? Mira... Que estemos un poco tensas no significa que no me importes-dijo quitando una lágrima de mi mejilla cuando yo ni siquiera la había sentido-Chiara, si necesitas contarme algo sabes que estoy aquí para todo... Que nunca contaré tu secreto...-Acto seguido me abrazo, sonreí y le conté todo, pero esta vez bien...
-¡Guau...! ¿En serio te ha pasado TODO eso?-dijo recalcando la palabra todo...-Ahora si que es para una novela...
-Si, y ojalá no hubiese ocurrido... No sabes lo que están sufriendo todos por mi culpa... Yo ya no pertenezco aquí... tu lo sabes yo lo se.... dentro de poco volveré a Barcelona.... Y no creo que vuelva... Hasta el abuelo esta enfadado conmigo...
-No, eso no es cierto...
-Si que lo es... Además, he cambiado, ya no pertenezco a este sitio. Por mucho que me esfuerce...
-¿De verdad quieres irte?
-No es que quiera, es que tengo que irme...
-Pero... ¿Vendrás a verme?
-Por supuesto Carla... Somos amigas ¿Recuerdas? BFF (Best Friends Forever)
-¡Of course!-me reí con ella, por que en este momento, en la playa con mi mejor amiga era feliz-Por cierto me vas a tener que enseñar a maquillarme ¡pareces una diosa!
-Por supuesto, y tendrás que venirte conmigo de compras, ese look no puedes llevar cuando te lleve a Barcelona...
-¿Vamos a ir a Barcelona? Osea ¿Tu y yo? Que dirán tus amigos... Yo no pinto nada allí la cagare... seguro...
-Si yo no la lié demasiado... Tu tampoco lo aras confía en mi...
-De... De acuerdo... Por cierto, se que le pasa a tu abuelo...
-¿El que?
-Tu madre según parece antes le pasaba una paga para mantenerte, pero como ya no estás con el no se la da y con su pensión no tiene para cuidar ña granja así que... la va a vender y trasladarse a una residencia que es para lo único que tiene.
-¿Qué?-No me lo podía creer, nunca había sabido a cerca de la falta económica de mi abuelo...
La fiesta fue un rotundo éxito, bueno, en Barcelona eso habría sido un aburrimiento de fiesta, pero para el pueblo era lo mejor que había pasado en años...
Al día siguiente, tuve sesión de maquillaje con Carla, fuimos a comprar ropa, a la peluquería etc.
Acabamos agotadas, pero aun así tuvimos tiempo para una sesión fotográfica.
Me dio mucha pena cuando tuve que irme... Pero la madre de Carla me prometió que la llevarían pronto a verme, eso me tranquilizó bastante. Pues sabía que ella nunca me abandonaría. Era la única que sabía mi preciado secreto, a parte de Marcos claro...
Salí del avión sobre las 22:00 y allí estaba Marcos con Matt, los dos esperándome. Mi buen novio y... mi “hermano”...
La verdad... Me gustaba verles allí a los dos... Pero nunca pensé que fuera tan difícil mentir... Sobre todo ahora que Carla sabía mi secreto...
Y poco a poco, paso a paso me fui internando el el odioso mundo del que había huido hacía apenas tres días...

domingo, 26 de diciembre de 2010

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz.

-Chiara estás ahí-dijo Matt en el pasillo de mi casa cargando unas grandes bolsas.
-¿Matt? ¿Eres tú?
-Si.
-Pasa, estoy en la habitación.
Estaba guapísimo, aun con el uniforme del colegio cargado de bolsas y con los cascos azul eléctrico puestos. Le di un pequeño beso y me senté con el en mi cama donde tantas veces había estado con Matt.
-¿Que has traído que vienes tan cargadísimo?
-Tu primer regalo de cumpleaños, ponte esto esta noche y esperame a las diez en tu portal.
-¿Qué? Dime que me vas a hacer me estoy poniendo nerviosa-Y la verdad es que no mentía, estaba bastante nerviosa al respecto.
-No te voy a decir que es, pero mira lo que te he traído a ver si te gusta.
El me abrió una de las bolsas y sacó un vestido azul, de una manga asta el codo, bastante corto y y una franja curva que iba desde el pecho derecho hasta la parte de la cadera izquierda de color amarillo.
-Es precioso... Te debe haber costado un dineral.
-Que va, si además venía con los zapatos a juego.
Y así era, también me había traído unos tacones super altos de punta redonda color azul.
-Eres el mejor novio del mundo ¿lo sabes?
-Eso dicen- y acto seguido me besó.
Y justo daba la horrible casualidad que Marcos pasaba por ahí. Creo que lo escuche crujir los dientes.
-Bueno, me tengo que ir, te veo a las diez no más tarde. Te amo.
-Yo también.
Y se fue, dejándome en medio de una nube rosa, que estaba como no apunto de explotar como todo en mi vida adolescente.
-¿Qué estabas agustito ehh?
-Bueno, no me puedo quejar, ¿tienes algo que objetar? Te veo un poco celoso ¿Podría ser?
-Bueno, que mi chica se bese con mi mejor amigo no es muy normal que se diga...
-No soy tu chica, soy tu hermanastra, parece que no te entra en la cabeza que aunque quieras nunca podré ser tu chica.
-Pensar eso solo consigue amargarme la existencia. Además, tu siempre serás mi chica, quieras o no quieras.
Tocaron las 10 y llevaba 3 horas arreglándome preparada para pasar mi primer día de quinceañera con el buenazo de mi novio y pensando en el cañón de mi hermano postizo.
Baje las escaleras ilusionada, y allí estaba, subido a su moto con un ramo de flores en una mano y la otra abierta para recibirme.
Lo último que vi antes de abalanzarme a sus brazos fue a Marcos mirándome a través de la ventana pensando en que esa misma noche seguramente su mejor amigo y su hermana se unirían en una noche de pasión uniéndose así de una vez por todas. Y el no podía hacer nada por evitarlo.
Me tapó los ojos con un lindo pañuelo de seda, me montó encima de la moto y arrancó haciendo un profundo rugido. Me agarre a su cintura, disfrutando el viento que desordenaba mi pelo, el calor sofocante que emitía el me quite el pañuelo rojo y en un momento de éxtasis pronuncie su nombre en voz alta, sin equivocaciones, sin posibilidad de cambiar.
-Marcos.
Matt no se entero, nunca sospecharía que estaba pensando en el, y supongo que el propio Marcos tampoco sospecharía que estaba pensando en el.
Nos bajamos en un restaurante, en el centro del centro de Barcelona, y allí el me bajo de la moto, me miro fijamente a los ojos, su mano se posó en el ceñido vestido y rozó mi cuerpo con sus grandes manos desde el cuello hasta las caderas. Y después me beso con sus dulces labios.
-¿Te he dicho alguna vez que te amo?
-Creo... que si, pero de esta forma nunca. Ahora parece más que simple palabrería.
-Nunca fue más que simple palabrería, Chiara, yo siempre te amare, pase lo que pase y si tu no me amaras, a mi me daría igual porque podré vivir con que un día pude besarte y estar cerca tuya, que es lo único que me importa en esta vida. Daría absolutamente todo por estar contigo, y te daría todo lo que tengo y 100 veces más.
Y no supe que responderle, simplemente le hice callar con un simple beso, la única muestra de amor que había estado vigente durante millones de años, la única y verdadera forma de decir te quiero.
Entramos en el restaurante, comimos y bebimos, reímos y besamos. Olvide sobre todo, lo que horas antes me había parecido la peor pesadilla jamás contada.
Después el me volvió a montar en la moto, tenía que llevarme a un sitio. Pero solo hubo una diferencia a la otra vez, esta vez mi mente no pensó en Marcos. Y solo tuvo una cosa en mente Matt.
Me llevo a un chiringuito a pie de playa, hacía un viento cálido y la luna era gigante y daba una preciosa luz que bañaba la arena.
Cuando abrió la puerta del local empezó a sonar a canción de “american idiot” de green day. Y la gente empezó a gritar.
-¡Que pase Chia!, ¡Que pase Chia!
Cuando entré estaban todos mis amigos y conocidos y junto la puerta Marcos. Que me abrazó y me dijo al oido “felicidades preciosa”. Le sonreí y seguí hacia el centro de la sala donde había una cruz en el suelo donde ponía “Lugar de honor”. Y justo cuando pise la cruz se apagó la musica y todos mis amigos empezaron a cantar el mítico cumpleaños feliz que era lo más típico en un cumpleaños. Cuando terminaron me pasaron un micrófono, Matt llegó a mi lado y me dijo al oído.
-Quieren que digas un discursillo.
-¡Pero si no eh preparado nada!
-Demuestra que eres imaginativa e inventate algo.
Carraspeé y empecé mi “discurso”.
-Chicos, en serio, no me esperaba tanto, se que no nos conocemos desde hace demasiado tiempo, pero me siento más unidos a vosotros que a ninguno grupo que haya conocido. Y eso se lo debo a Matt y... a Marcos. Gracias a los dos por estar siempre a mi lado. Os quiero.
Y en ese momento escuche a Quino decir “venga tio besala de una vez” Y el me cogió por la cintura y unió sus labios lentamente con los míos de una forma jamás imaginada.
En la fiesta todo el mundo se lo pasaba bien, yo solo sonreía, porque sabía que si hablaba en cualquier momento se podría romper el mejor momento de mi existencia y con bastante margen.
Cuando me separe de Matt, Marcos se me acercó y me agarró de la muñeca diciéndome que teníamos que hablar. Salimos a la playa y el empezó a correr conmigo de la mano hasta llegar a un estrecho hueco metido en la piedra caliza, miro el reloj y dijo.
-Justo a tiempo, las 00:00, se que no te puedo tener a ti, pero te puedo dar el primer beso que tendrás con quince años, el primer beso que te darán cuando una niña pasa oficialmente a ser mujer.
Y me beso primero el dorso de la mano, después el cuello, y por último los labios.
-Se que el regalo de Matt, ha estado bastante bien, y además ese vestido te queda tan bien que... Bueno, mi regalo puede parecer un poco estúpido, pero es lo mejor que se me ha podido ocurrir regalarle a alguien que posee mi corazón.
El saco de su bolsillo una caja de terciopelo negro. Y la abrió. Dentro había una cadena de plata, con un corazón pequeño de plata colgando. Había una inscripción que ponía
Dan & Marta 9/7/90 Marcos & Chiara
-Se la regalo mi padre a mi madre el día de su compromiso, significaba que su corazón le pertenecía a ella y solo a ella. Por eso quiero que ahora sea tuya, para que sepas que al igual que mi madre tuvo el corazón de mi padre, tu tendrás el mio. No pongo fecha porque sabes que lo nuestro es imposible.
-Es precioso... ¿Me lo pones?
El cogió el antiguo colgante de plata y lo puso en mi cuello.
-Ahora siempre te llevaré conmigo.
Cuando volvimos a la sala, Matt me estaba esperando, me agarró rápidamente y me llevo de nuevo a fuera, pero el no se molestó en llevarme tan lejos. Simplemente se quito los zapatos, la camisa y gritó por el micrófono.
-Ahora mismo, que todo el que este en la sala venga a darse un chapuzón en el mar ¡POR LA CUMPLEAÑERA!
Todos salieron en tropel unos por la pequeña puerta, otros por las ventanas. Parecía que les importaba poco el por donde y todos se fueron desnudando hasta quedarse en ropa interior y tirarse de cabeza al agua. Matt se quito los pantalones y me hizo una seña con la mano para que me acercara a el. Me acerque lentamente y mientras todos se metían en el agua, el me ayudo a quitarme el vestido lentamente miro mi cuerpo apenas cubierto por mi ropa interior negra. Y me metí con el en el agua, bajo la indiscreta miraba de mi hermano, muerto de celos al otro lado de la playa.
-Estas demasiado guapa para ser real, pareces mas bien una diosa. Tengo miedo a tocarte, se que en cualquier momento puedes desaparecer, y ese sería un fallo que nadie en este mundo me perdonaría, tu hermano tampoco lo haría. Por cierto, ¿ha sido el quien te ha regalado ese collar?
-Ehh... si ha sido el ¿Te gusta? Era de su madre, recuerdos familiares. Ha sido muy amable regalármelo a mi. Supongo que quería que estuviésemos más unidos. Tu sabes, a partir de ahora somos hermanos, a veces se me olvida. Lo trato mas como a un amigo, es muy bueno conmigo.
-Si, eh notado que te llevas muy bien con el. Si no supiera que es tu hermano incluso podría llegar a tener celos.
-Que tonto eres, sabes que no. Bueno ¿bailamos? Todo el mundo lo hace.
Y era cierto, todos mis amigos estaban bailando metido en el agua, todos por parejas, muy abrazados los unos a los otros, no me había dado cuenta, pero fuera de mi complicada vida, todo seguía avanzando, y vi a Marcos con Ángela. Y supo que el esta noche no iba a estar bien. Por que le ví una lágrima cayendo por su mejilla. Pero no lo reconocería, el era un chico “duro”