Chiarianos.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La antigua vida ya no es tan satisfactoria

Pasaron los días y llegó el maravilloso día en el que tenía que volver a la granja… A mi humilde granja…
Prepare mi gran maleta rosa llena hasta arriba de ropa… Y me metí en el todo-terreno negro de mi madre y el chófer me llevo al aeropuerto, ya no recordaba todo lo que odiaba ese coche y a ese chófer que por hacer algo, nunca hacía nada. Me monte en el avión, me puse los cascos y me dispuse a pensar en todo lo que últimamente me rondaba por la cabeza que no era poco… Pero pensar a veces pensar no es lo más sensato, por que a los 5 minutos estaba llorando, con el rimel corrido manchándome toda la cara…
-¿Te pasa algo?-dijo mi compañero de asiento, un hombre alto que tendría unos 10 años mas que yo.
-La vida es complicada… Y sobro todo cuando también se meten por ahí las hormonas…
-Lo se pequeña… Pero todo pasa… Y al final siempre se consigue ser feliz.
-¿Y como se sabe cuando se es feliz?
-Cuando te acuestas en tu cama y puedes cerrar los ojos y olvidarte de todo, cuando puedes sonreír sin que nadie te lo pida, cuando puedes quedarte 2 horas sin hacer nada a parte de observar la belleza del paisaje… Entonces sabes que eres feliz y mientras, simplemente tienes que hacer lo que te dicte tu corazón, sin importar las consecuencias, por que es tu vida, solo tuya.
No le respondí, simplemente le mire y sonreí. Pero esta vez… Nadie me obligo a hacerlo simplemente, fue un acto reflejo.
Salí del avión pensando en lo que aquel desconocido me había dicho, no podía creer que un hombre, un completo desconocido me hubiese desvelado el saber de mi existencia y puede que de toda la humanidad... Me hizo gracia, supongo que la gente mas inesperada te puede enseñar las cosas mas valiosas... Debería recordarlo para otro momento cuando estuviera a punto de caer como había estado en tantas ocasiones...
En el aeropuerto me esperaba Anabel, había perdido un par de kilitos, el pelo algo más cano y su sonrisa parecía decaída por algo que no sabía.
Me acerque corriendo a ella tirando de mis numerosas maletas y la abrace.
-Oh Anabel... ¡Te he echado tanto de menos!
-Yo también pequeña Chiara... Dios... Has cambiado muchísimo... ¿Y eso que es? ¿No sera maquillaje verdad? ¿Y esa ropa nueva? ¡Pero pequeña que han hecho contigo!-dijo confundida e irritada.-Pero bueno estas guapisima como siempre. ¿Que has echo durante todo este tiempo, tu abuelo y yo estábamos deseando verte?
-Yo tambien os he echado de menos, todo en la ciudad es demasiado extraño para mi.
Ella no se callo en todo el trayecto, cogió mis maletas y se dirigió al coche. La seguí son poner resistencia ya tendría tiempo de separarrme con ella mas adelante.
Me monte en el asiento del copiloto y me puse a darme un repaso a mi impecable maquillaje mientras Anabel conducía hacia la granja, me miro y suspiro...
La granja seguía tal y como la recordaba, aunque nunca me había dado cuenta de lo cutre que quedaban los desconches de pintura en la fachada y de la cantidad de hierbajos... Tenia que solucionar eso... Daba una pinta horrible, aunque no es que fuera muy importante.
Subí a mi habitación cargada con mis numerosas maletas, la habitación estaba peor de lo que recordaba... No pensaba que fuese así... Yo la recordaba mas amplia y luminosa... Y mejor decorada... Aunque quizás eso seria por que antes no pensaba como antes.
Me senté en la cama... Me sentía... ¿Como me sentía? Era un sentimiento confuso... Me sentía perdida en mi propia casa, me sentía abandonada sola... Era como si no encajase aquí... Todo había cambiado, pero no eran las cosas las que habían cambiado si no yo.
Deseche esos pensamientos... Eso al fin y al cabo era imposible... estaba en mi casa... Me puse unos mini shorts blancos, una camiseta de tirantas de estampado marinero y unas romanas altas.
-Abuelo-grite-¿Donde estas?
-¡Chiara!-dijo un anciano desde el taller-estoy aquí mi vida, ven a darme un abrazo.
Me apresure corriendo al taller para verle y abrazarle, pero algo de lo que vi allí me dejo perpleja, habían desaparecido los miles de muñequitos de cuerda antiguos que compraba mi abuelo en los mercadillos, en su lugar estaba todo lleno de papeles, mas bien contratos...
-Abuelo... Que... ¿Que pasa aquí?
-¿Que pasa de que?-respondió abrazándome.
-¿Y los muñecos... y todas nuestras cosas?-me separe de el y espere su respuesta.
Su cara se ensombreció, y los ojos se les pusieron rojizos.
-Los muñecos están guardados en unas cajas e el desván. Arias bien si te los llevases, si los dejas aquí, no sabría que podría pasarles...
No entendía que le pasaba al abuelo, estaba triste y alicaído.
No dije nada y salí del taller, fui directa a la plaza del pequeño pueblecito donde vivía, llamada del salvador, allí todo el mundo me saludo encantado de volver a verme, aunque sabia que después me criticarían a mis espaldas por el gran cambio que había dado... Pase el día hablando con mis queridos vecinos, que eran como mi familia. Mis amigos estaban tal y como los recordaba... Y, después de cotillear sobre todo (O casi todo) con mi gran amiga Carla, una chica de mi edad, el pelo rizado y castaño oscuro con la piel muy tostada, los ojos color caramelo y una gran sonrisa blanca y perfecta.
Le conté quien era mi novio, o que me hicieron a la llegada y todas esas cosas... Ella estaba alucinada... Me dijo que un día escribiría una novela con mi historia... Yo no la creí, dije que mi vida no daba para tanto... ¡Já! que irónica es la vida...
Me dijo que por la noche habría una fiesta, y que mi gran amor de infancia iría. Una sonrisa tonta me ilumino la cara, aunque ya tenia dos novios, el poder verle me hacía ilusión... Aunque sabia que si antes no podía estar con el por lo tímida que era... Ahora no podría estar con el por la cantidad de cuernos que eso suponía...
La fiesta era una fiesta ibicenca en la playa, con hogueras, cuentos de miedo, barbacoa... Etc...
Lo de siempre... Nada del otro mundo... Solo irían los chicos de mi edad y del curso superior... Nada de chiquitines dando vueltas...
Estaba emocionada por la invitación, si no hubiese vuelto de esta manera al pueblo nunca me hubiesen invitado... Antes era mas bien poco popular...
Cuando llegue a casa el abuelo no quiso hablar conmigo, yo no insistí. Me fui a mi cuarto, me duche y me puse un traje blanco de perforado muy corto y un bikini a rayas azul marino. Junto con las romanas altas.
Me maquille un poco, con lo que se dice lo normal y me fui dispuesta a la playa con mi maxi-bolso marrón colgado al hombro.
Todo el mundo me miraba cuando entré en la playa, y rápidamente me di cuenta de que:
A) Mi vestido era demasiado corto.
B) Todas llevaban camisetas raídas blancas y vaqueros.
C) Ninguna llevaba ni una pizca de maquillaje.
Bien, la estaba pintando... Bueno no me importaba... Haría como llevaba haciendo las últimas semanas, disimular. Eso ya se me daba estupendamente.
-Hola chicos-Salude.
-Hola Chiara-dijo Carla mientras me arrastraba a un lugar apartado de la gente.
-¿Que haces?-preguntó-Para que te maquillas estás en la playa.
-¿Como? ¿Que haces tu? ¿Así pretendes ligar con Elliot, tu amor de hace mil? Anda ven a mi casa necesitas un lavado de cara... Un poco de corrector aquí, lápiz, colorete...
-¿Pero que? En que te has transformado Chiara, tu no eres mi mejor amiga. Eres una autentica desconocida... Mi amiga no diría eso... Tu... has cambiado.
-¡Y tanto que he cambiado! No sabes ni la mitad de cosas que he echo desde que me fui a Barcelona... No sabes todo lo que he sufrido allí. No tener con quien hablar... No tener amigos reales... Solo desconocidos a todos lados... Claro que si Carla, por supuesto que he cambiado... Pero a ti eso te da igual ¿No? Solo te importa que yo no resalte mas que tu... ¡Pues no! ¡Estoy harta de todos!-me desahogue con ella, sabía que no debería haberlo hecho... Pero lo hice, le grité y le enseñe mi cara mas oscura oculta durante tantos días...
-Chiara... ¿Y si no has echo eso que has echo? Mira... Que estemos un poco tensas no significa que no me importes-dijo quitando una lágrima de mi mejilla cuando yo ni siquiera la había sentido-Chiara, si necesitas contarme algo sabes que estoy aquí para todo... Que nunca contaré tu secreto...-Acto seguido me abrazo, sonreí y le conté todo, pero esta vez bien...
-¡Guau...! ¿En serio te ha pasado TODO eso?-dijo recalcando la palabra todo...-Ahora si que es para una novela...
-Si, y ojalá no hubiese ocurrido... No sabes lo que están sufriendo todos por mi culpa... Yo ya no pertenezco aquí... tu lo sabes yo lo se.... dentro de poco volveré a Barcelona.... Y no creo que vuelva... Hasta el abuelo esta enfadado conmigo...
-No, eso no es cierto...
-Si que lo es... Además, he cambiado, ya no pertenezco a este sitio. Por mucho que me esfuerce...
-¿De verdad quieres irte?
-No es que quiera, es que tengo que irme...
-Pero... ¿Vendrás a verme?
-Por supuesto Carla... Somos amigas ¿Recuerdas? BFF (Best Friends Forever)
-¡Of course!-me reí con ella, por que en este momento, en la playa con mi mejor amiga era feliz-Por cierto me vas a tener que enseñar a maquillarme ¡pareces una diosa!
-Por supuesto, y tendrás que venirte conmigo de compras, ese look no puedes llevar cuando te lleve a Barcelona...
-¿Vamos a ir a Barcelona? Osea ¿Tu y yo? Que dirán tus amigos... Yo no pinto nada allí la cagare... seguro...
-Si yo no la lié demasiado... Tu tampoco lo aras confía en mi...
-De... De acuerdo... Por cierto, se que le pasa a tu abuelo...
-¿El que?
-Tu madre según parece antes le pasaba una paga para mantenerte, pero como ya no estás con el no se la da y con su pensión no tiene para cuidar ña granja así que... la va a vender y trasladarse a una residencia que es para lo único que tiene.
-¿Qué?-No me lo podía creer, nunca había sabido a cerca de la falta económica de mi abuelo...
La fiesta fue un rotundo éxito, bueno, en Barcelona eso habría sido un aburrimiento de fiesta, pero para el pueblo era lo mejor que había pasado en años...
Al día siguiente, tuve sesión de maquillaje con Carla, fuimos a comprar ropa, a la peluquería etc.
Acabamos agotadas, pero aun así tuvimos tiempo para una sesión fotográfica.
Me dio mucha pena cuando tuve que irme... Pero la madre de Carla me prometió que la llevarían pronto a verme, eso me tranquilizó bastante. Pues sabía que ella nunca me abandonaría. Era la única que sabía mi preciado secreto, a parte de Marcos claro...
Salí del avión sobre las 22:00 y allí estaba Marcos con Matt, los dos esperándome. Mi buen novio y... mi “hermano”...
La verdad... Me gustaba verles allí a los dos... Pero nunca pensé que fuera tan difícil mentir... Sobre todo ahora que Carla sabía mi secreto...
Y poco a poco, paso a paso me fui internando el el odioso mundo del que había huido hacía apenas tres días...

domingo, 26 de diciembre de 2010

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz.

-Chiara estás ahí-dijo Matt en el pasillo de mi casa cargando unas grandes bolsas.
-¿Matt? ¿Eres tú?
-Si.
-Pasa, estoy en la habitación.
Estaba guapísimo, aun con el uniforme del colegio cargado de bolsas y con los cascos azul eléctrico puestos. Le di un pequeño beso y me senté con el en mi cama donde tantas veces había estado con Matt.
-¿Que has traído que vienes tan cargadísimo?
-Tu primer regalo de cumpleaños, ponte esto esta noche y esperame a las diez en tu portal.
-¿Qué? Dime que me vas a hacer me estoy poniendo nerviosa-Y la verdad es que no mentía, estaba bastante nerviosa al respecto.
-No te voy a decir que es, pero mira lo que te he traído a ver si te gusta.
El me abrió una de las bolsas y sacó un vestido azul, de una manga asta el codo, bastante corto y y una franja curva que iba desde el pecho derecho hasta la parte de la cadera izquierda de color amarillo.
-Es precioso... Te debe haber costado un dineral.
-Que va, si además venía con los zapatos a juego.
Y así era, también me había traído unos tacones super altos de punta redonda color azul.
-Eres el mejor novio del mundo ¿lo sabes?
-Eso dicen- y acto seguido me besó.
Y justo daba la horrible casualidad que Marcos pasaba por ahí. Creo que lo escuche crujir los dientes.
-Bueno, me tengo que ir, te veo a las diez no más tarde. Te amo.
-Yo también.
Y se fue, dejándome en medio de una nube rosa, que estaba como no apunto de explotar como todo en mi vida adolescente.
-¿Qué estabas agustito ehh?
-Bueno, no me puedo quejar, ¿tienes algo que objetar? Te veo un poco celoso ¿Podría ser?
-Bueno, que mi chica se bese con mi mejor amigo no es muy normal que se diga...
-No soy tu chica, soy tu hermanastra, parece que no te entra en la cabeza que aunque quieras nunca podré ser tu chica.
-Pensar eso solo consigue amargarme la existencia. Además, tu siempre serás mi chica, quieras o no quieras.
Tocaron las 10 y llevaba 3 horas arreglándome preparada para pasar mi primer día de quinceañera con el buenazo de mi novio y pensando en el cañón de mi hermano postizo.
Baje las escaleras ilusionada, y allí estaba, subido a su moto con un ramo de flores en una mano y la otra abierta para recibirme.
Lo último que vi antes de abalanzarme a sus brazos fue a Marcos mirándome a través de la ventana pensando en que esa misma noche seguramente su mejor amigo y su hermana se unirían en una noche de pasión uniéndose así de una vez por todas. Y el no podía hacer nada por evitarlo.
Me tapó los ojos con un lindo pañuelo de seda, me montó encima de la moto y arrancó haciendo un profundo rugido. Me agarre a su cintura, disfrutando el viento que desordenaba mi pelo, el calor sofocante que emitía el me quite el pañuelo rojo y en un momento de éxtasis pronuncie su nombre en voz alta, sin equivocaciones, sin posibilidad de cambiar.
-Marcos.
Matt no se entero, nunca sospecharía que estaba pensando en el, y supongo que el propio Marcos tampoco sospecharía que estaba pensando en el.
Nos bajamos en un restaurante, en el centro del centro de Barcelona, y allí el me bajo de la moto, me miro fijamente a los ojos, su mano se posó en el ceñido vestido y rozó mi cuerpo con sus grandes manos desde el cuello hasta las caderas. Y después me beso con sus dulces labios.
-¿Te he dicho alguna vez que te amo?
-Creo... que si, pero de esta forma nunca. Ahora parece más que simple palabrería.
-Nunca fue más que simple palabrería, Chiara, yo siempre te amare, pase lo que pase y si tu no me amaras, a mi me daría igual porque podré vivir con que un día pude besarte y estar cerca tuya, que es lo único que me importa en esta vida. Daría absolutamente todo por estar contigo, y te daría todo lo que tengo y 100 veces más.
Y no supe que responderle, simplemente le hice callar con un simple beso, la única muestra de amor que había estado vigente durante millones de años, la única y verdadera forma de decir te quiero.
Entramos en el restaurante, comimos y bebimos, reímos y besamos. Olvide sobre todo, lo que horas antes me había parecido la peor pesadilla jamás contada.
Después el me volvió a montar en la moto, tenía que llevarme a un sitio. Pero solo hubo una diferencia a la otra vez, esta vez mi mente no pensó en Marcos. Y solo tuvo una cosa en mente Matt.
Me llevo a un chiringuito a pie de playa, hacía un viento cálido y la luna era gigante y daba una preciosa luz que bañaba la arena.
Cuando abrió la puerta del local empezó a sonar a canción de “american idiot” de green day. Y la gente empezó a gritar.
-¡Que pase Chia!, ¡Que pase Chia!
Cuando entré estaban todos mis amigos y conocidos y junto la puerta Marcos. Que me abrazó y me dijo al oido “felicidades preciosa”. Le sonreí y seguí hacia el centro de la sala donde había una cruz en el suelo donde ponía “Lugar de honor”. Y justo cuando pise la cruz se apagó la musica y todos mis amigos empezaron a cantar el mítico cumpleaños feliz que era lo más típico en un cumpleaños. Cuando terminaron me pasaron un micrófono, Matt llegó a mi lado y me dijo al oído.
-Quieren que digas un discursillo.
-¡Pero si no eh preparado nada!
-Demuestra que eres imaginativa e inventate algo.
Carraspeé y empecé mi “discurso”.
-Chicos, en serio, no me esperaba tanto, se que no nos conocemos desde hace demasiado tiempo, pero me siento más unidos a vosotros que a ninguno grupo que haya conocido. Y eso se lo debo a Matt y... a Marcos. Gracias a los dos por estar siempre a mi lado. Os quiero.
Y en ese momento escuche a Quino decir “venga tio besala de una vez” Y el me cogió por la cintura y unió sus labios lentamente con los míos de una forma jamás imaginada.
En la fiesta todo el mundo se lo pasaba bien, yo solo sonreía, porque sabía que si hablaba en cualquier momento se podría romper el mejor momento de mi existencia y con bastante margen.
Cuando me separe de Matt, Marcos se me acercó y me agarró de la muñeca diciéndome que teníamos que hablar. Salimos a la playa y el empezó a correr conmigo de la mano hasta llegar a un estrecho hueco metido en la piedra caliza, miro el reloj y dijo.
-Justo a tiempo, las 00:00, se que no te puedo tener a ti, pero te puedo dar el primer beso que tendrás con quince años, el primer beso que te darán cuando una niña pasa oficialmente a ser mujer.
Y me beso primero el dorso de la mano, después el cuello, y por último los labios.
-Se que el regalo de Matt, ha estado bastante bien, y además ese vestido te queda tan bien que... Bueno, mi regalo puede parecer un poco estúpido, pero es lo mejor que se me ha podido ocurrir regalarle a alguien que posee mi corazón.
El saco de su bolsillo una caja de terciopelo negro. Y la abrió. Dentro había una cadena de plata, con un corazón pequeño de plata colgando. Había una inscripción que ponía
Dan & Marta 9/7/90 Marcos & Chiara
-Se la regalo mi padre a mi madre el día de su compromiso, significaba que su corazón le pertenecía a ella y solo a ella. Por eso quiero que ahora sea tuya, para que sepas que al igual que mi madre tuvo el corazón de mi padre, tu tendrás el mio. No pongo fecha porque sabes que lo nuestro es imposible.
-Es precioso... ¿Me lo pones?
El cogió el antiguo colgante de plata y lo puso en mi cuello.
-Ahora siempre te llevaré conmigo.
Cuando volvimos a la sala, Matt me estaba esperando, me agarró rápidamente y me llevo de nuevo a fuera, pero el no se molestó en llevarme tan lejos. Simplemente se quito los zapatos, la camisa y gritó por el micrófono.
-Ahora mismo, que todo el que este en la sala venga a darse un chapuzón en el mar ¡POR LA CUMPLEAÑERA!
Todos salieron en tropel unos por la pequeña puerta, otros por las ventanas. Parecía que les importaba poco el por donde y todos se fueron desnudando hasta quedarse en ropa interior y tirarse de cabeza al agua. Matt se quito los pantalones y me hizo una seña con la mano para que me acercara a el. Me acerque lentamente y mientras todos se metían en el agua, el me ayudo a quitarme el vestido lentamente miro mi cuerpo apenas cubierto por mi ropa interior negra. Y me metí con el en el agua, bajo la indiscreta miraba de mi hermano, muerto de celos al otro lado de la playa.
-Estas demasiado guapa para ser real, pareces mas bien una diosa. Tengo miedo a tocarte, se que en cualquier momento puedes desaparecer, y ese sería un fallo que nadie en este mundo me perdonaría, tu hermano tampoco lo haría. Por cierto, ¿ha sido el quien te ha regalado ese collar?
-Ehh... si ha sido el ¿Te gusta? Era de su madre, recuerdos familiares. Ha sido muy amable regalármelo a mi. Supongo que quería que estuviésemos más unidos. Tu sabes, a partir de ahora somos hermanos, a veces se me olvida. Lo trato mas como a un amigo, es muy bueno conmigo.
-Si, eh notado que te llevas muy bien con el. Si no supiera que es tu hermano incluso podría llegar a tener celos.
-Que tonto eres, sabes que no. Bueno ¿bailamos? Todo el mundo lo hace.
Y era cierto, todos mis amigos estaban bailando metido en el agua, todos por parejas, muy abrazados los unos a los otros, no me había dado cuenta, pero fuera de mi complicada vida, todo seguía avanzando, y vi a Marcos con Ángela. Y supo que el esta noche no iba a estar bien. Por que le ví una lágrima cayendo por su mejilla. Pero no lo reconocería, el era un chico “duro”