Chiarianos.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz.

-Chiara estás ahí-dijo Matt en el pasillo de mi casa cargando unas grandes bolsas.
-¿Matt? ¿Eres tú?
-Si.
-Pasa, estoy en la habitación.
Estaba guapísimo, aun con el uniforme del colegio cargado de bolsas y con los cascos azul eléctrico puestos. Le di un pequeño beso y me senté con el en mi cama donde tantas veces había estado con Matt.
-¿Que has traído que vienes tan cargadísimo?
-Tu primer regalo de cumpleaños, ponte esto esta noche y esperame a las diez en tu portal.
-¿Qué? Dime que me vas a hacer me estoy poniendo nerviosa-Y la verdad es que no mentía, estaba bastante nerviosa al respecto.
-No te voy a decir que es, pero mira lo que te he traído a ver si te gusta.
El me abrió una de las bolsas y sacó un vestido azul, de una manga asta el codo, bastante corto y y una franja curva que iba desde el pecho derecho hasta la parte de la cadera izquierda de color amarillo.
-Es precioso... Te debe haber costado un dineral.
-Que va, si además venía con los zapatos a juego.
Y así era, también me había traído unos tacones super altos de punta redonda color azul.
-Eres el mejor novio del mundo ¿lo sabes?
-Eso dicen- y acto seguido me besó.
Y justo daba la horrible casualidad que Marcos pasaba por ahí. Creo que lo escuche crujir los dientes.
-Bueno, me tengo que ir, te veo a las diez no más tarde. Te amo.
-Yo también.
Y se fue, dejándome en medio de una nube rosa, que estaba como no apunto de explotar como todo en mi vida adolescente.
-¿Qué estabas agustito ehh?
-Bueno, no me puedo quejar, ¿tienes algo que objetar? Te veo un poco celoso ¿Podría ser?
-Bueno, que mi chica se bese con mi mejor amigo no es muy normal que se diga...
-No soy tu chica, soy tu hermanastra, parece que no te entra en la cabeza que aunque quieras nunca podré ser tu chica.
-Pensar eso solo consigue amargarme la existencia. Además, tu siempre serás mi chica, quieras o no quieras.
Tocaron las 10 y llevaba 3 horas arreglándome preparada para pasar mi primer día de quinceañera con el buenazo de mi novio y pensando en el cañón de mi hermano postizo.
Baje las escaleras ilusionada, y allí estaba, subido a su moto con un ramo de flores en una mano y la otra abierta para recibirme.
Lo último que vi antes de abalanzarme a sus brazos fue a Marcos mirándome a través de la ventana pensando en que esa misma noche seguramente su mejor amigo y su hermana se unirían en una noche de pasión uniéndose así de una vez por todas. Y el no podía hacer nada por evitarlo.
Me tapó los ojos con un lindo pañuelo de seda, me montó encima de la moto y arrancó haciendo un profundo rugido. Me agarre a su cintura, disfrutando el viento que desordenaba mi pelo, el calor sofocante que emitía el me quite el pañuelo rojo y en un momento de éxtasis pronuncie su nombre en voz alta, sin equivocaciones, sin posibilidad de cambiar.
-Marcos.
Matt no se entero, nunca sospecharía que estaba pensando en el, y supongo que el propio Marcos tampoco sospecharía que estaba pensando en el.
Nos bajamos en un restaurante, en el centro del centro de Barcelona, y allí el me bajo de la moto, me miro fijamente a los ojos, su mano se posó en el ceñido vestido y rozó mi cuerpo con sus grandes manos desde el cuello hasta las caderas. Y después me beso con sus dulces labios.
-¿Te he dicho alguna vez que te amo?
-Creo... que si, pero de esta forma nunca. Ahora parece más que simple palabrería.
-Nunca fue más que simple palabrería, Chiara, yo siempre te amare, pase lo que pase y si tu no me amaras, a mi me daría igual porque podré vivir con que un día pude besarte y estar cerca tuya, que es lo único que me importa en esta vida. Daría absolutamente todo por estar contigo, y te daría todo lo que tengo y 100 veces más.
Y no supe que responderle, simplemente le hice callar con un simple beso, la única muestra de amor que había estado vigente durante millones de años, la única y verdadera forma de decir te quiero.
Entramos en el restaurante, comimos y bebimos, reímos y besamos. Olvide sobre todo, lo que horas antes me había parecido la peor pesadilla jamás contada.
Después el me volvió a montar en la moto, tenía que llevarme a un sitio. Pero solo hubo una diferencia a la otra vez, esta vez mi mente no pensó en Marcos. Y solo tuvo una cosa en mente Matt.
Me llevo a un chiringuito a pie de playa, hacía un viento cálido y la luna era gigante y daba una preciosa luz que bañaba la arena.
Cuando abrió la puerta del local empezó a sonar a canción de “american idiot” de green day. Y la gente empezó a gritar.
-¡Que pase Chia!, ¡Que pase Chia!
Cuando entré estaban todos mis amigos y conocidos y junto la puerta Marcos. Que me abrazó y me dijo al oido “felicidades preciosa”. Le sonreí y seguí hacia el centro de la sala donde había una cruz en el suelo donde ponía “Lugar de honor”. Y justo cuando pise la cruz se apagó la musica y todos mis amigos empezaron a cantar el mítico cumpleaños feliz que era lo más típico en un cumpleaños. Cuando terminaron me pasaron un micrófono, Matt llegó a mi lado y me dijo al oído.
-Quieren que digas un discursillo.
-¡Pero si no eh preparado nada!
-Demuestra que eres imaginativa e inventate algo.
Carraspeé y empecé mi “discurso”.
-Chicos, en serio, no me esperaba tanto, se que no nos conocemos desde hace demasiado tiempo, pero me siento más unidos a vosotros que a ninguno grupo que haya conocido. Y eso se lo debo a Matt y... a Marcos. Gracias a los dos por estar siempre a mi lado. Os quiero.
Y en ese momento escuche a Quino decir “venga tio besala de una vez” Y el me cogió por la cintura y unió sus labios lentamente con los míos de una forma jamás imaginada.
En la fiesta todo el mundo se lo pasaba bien, yo solo sonreía, porque sabía que si hablaba en cualquier momento se podría romper el mejor momento de mi existencia y con bastante margen.
Cuando me separe de Matt, Marcos se me acercó y me agarró de la muñeca diciéndome que teníamos que hablar. Salimos a la playa y el empezó a correr conmigo de la mano hasta llegar a un estrecho hueco metido en la piedra caliza, miro el reloj y dijo.
-Justo a tiempo, las 00:00, se que no te puedo tener a ti, pero te puedo dar el primer beso que tendrás con quince años, el primer beso que te darán cuando una niña pasa oficialmente a ser mujer.
Y me beso primero el dorso de la mano, después el cuello, y por último los labios.
-Se que el regalo de Matt, ha estado bastante bien, y además ese vestido te queda tan bien que... Bueno, mi regalo puede parecer un poco estúpido, pero es lo mejor que se me ha podido ocurrir regalarle a alguien que posee mi corazón.
El saco de su bolsillo una caja de terciopelo negro. Y la abrió. Dentro había una cadena de plata, con un corazón pequeño de plata colgando. Había una inscripción que ponía
Dan & Marta 9/7/90 Marcos & Chiara
-Se la regalo mi padre a mi madre el día de su compromiso, significaba que su corazón le pertenecía a ella y solo a ella. Por eso quiero que ahora sea tuya, para que sepas que al igual que mi madre tuvo el corazón de mi padre, tu tendrás el mio. No pongo fecha porque sabes que lo nuestro es imposible.
-Es precioso... ¿Me lo pones?
El cogió el antiguo colgante de plata y lo puso en mi cuello.
-Ahora siempre te llevaré conmigo.
Cuando volvimos a la sala, Matt me estaba esperando, me agarró rápidamente y me llevo de nuevo a fuera, pero el no se molestó en llevarme tan lejos. Simplemente se quito los zapatos, la camisa y gritó por el micrófono.
-Ahora mismo, que todo el que este en la sala venga a darse un chapuzón en el mar ¡POR LA CUMPLEAÑERA!
Todos salieron en tropel unos por la pequeña puerta, otros por las ventanas. Parecía que les importaba poco el por donde y todos se fueron desnudando hasta quedarse en ropa interior y tirarse de cabeza al agua. Matt se quito los pantalones y me hizo una seña con la mano para que me acercara a el. Me acerque lentamente y mientras todos se metían en el agua, el me ayudo a quitarme el vestido lentamente miro mi cuerpo apenas cubierto por mi ropa interior negra. Y me metí con el en el agua, bajo la indiscreta miraba de mi hermano, muerto de celos al otro lado de la playa.
-Estas demasiado guapa para ser real, pareces mas bien una diosa. Tengo miedo a tocarte, se que en cualquier momento puedes desaparecer, y ese sería un fallo que nadie en este mundo me perdonaría, tu hermano tampoco lo haría. Por cierto, ¿ha sido el quien te ha regalado ese collar?
-Ehh... si ha sido el ¿Te gusta? Era de su madre, recuerdos familiares. Ha sido muy amable regalármelo a mi. Supongo que quería que estuviésemos más unidos. Tu sabes, a partir de ahora somos hermanos, a veces se me olvida. Lo trato mas como a un amigo, es muy bueno conmigo.
-Si, eh notado que te llevas muy bien con el. Si no supiera que es tu hermano incluso podría llegar a tener celos.
-Que tonto eres, sabes que no. Bueno ¿bailamos? Todo el mundo lo hace.
Y era cierto, todos mis amigos estaban bailando metido en el agua, todos por parejas, muy abrazados los unos a los otros, no me había dado cuenta, pero fuera de mi complicada vida, todo seguía avanzando, y vi a Marcos con Ángela. Y supo que el esta noche no iba a estar bien. Por que le ví una lágrima cayendo por su mejilla. Pero no lo reconocería, el era un chico “duro”


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