Chiarianos.

domingo, 4 de abril de 2010

Cambio radical.

-Bien-dijo el-Aquí algo va mal... O yo me equivocado de baño... Cosa que es imposible o tu te has equivocado...
-O puede que yo sea tu nueva hermana y que ninguno se haya equivocado.
-Buff... esa era la única opción que no quería reconocer prefería pensar que me había vuelto loco o por el estilo. Pero no se lógico que tu seas mi hermanastra... Mi padre me dijo que te llamabas Clara.
-Chiquillo... creí que eras algo más rápido de mente Chiara es Clara en italiano...
-¿En serio?
-Si, ¿y podemos dejar esta conversación para cuando lleve ropa por favor?
-Claro claro- Y salió de aquel baño.
No volví a hablar con el en todo el día siguiente, lo único que hizo fue indicarme el camino al colegio y después se fue sin decirme nada. Aunque me había dado cuenta que me observaba cuando le daba la espalda y más de una vez lo había pillado pero se había hecho el sueco y miraba para otro sitio. Yo me puse el uniforme, que constaba de una falda roja de tablas, una blusa blanca con una rebeca roja, unos calcetines altos blancos con unas bailarinas rojas.
Me recogí el pelo en una larga trenza al lado y salí dispuesta a asistir a mi primer día de clase en un lugar donde solo conocía a mi hermanastro con el que me había liado y con el que prefería no hablar si era posible ya que cada vez que lo miraba me ponía roja.
El camino era corto y simple, solo había que ir todo recto por la calle de la derecha de mi casa y se llegaba al gran colegio de pijos buenorros, a alguno lo había visto en la pista de skate donde había conocido a mi hermano.
Mi clase estaba llena de pijas con faldas como cinturones y tanto escote que parecía que se le iban a salir las tetas, aunque realmente y si alguien les miraba la cara se podían dar cuenta de que eran guapas.
Escuche cuchichear a la gente a mi alrededor decía cosas como parece una estrecha, ¿Esa es la chica nueva? Si la hermana de Marcos!, ¿dios has visto somo viste?, ¿parece una pueblerina tonta?.
Me cabreó bastante que me llamaran pueblerina, nunca se lo había permitido a nadie.
El último cuchicheo que escuche antes de entrar en la clase fue “Esa chica es bastante mona, creo que encajaría en nuestro grupo de elite” “¿Y por que no la cambiamos?” Dijo otra. Pero no me pude enterar de nada mas ya que el profesor entró en la clase y mando callar a todos.
La clase fue lenta y aburrida, no me hicieron presentarme ante nadie(menos mal). Y eso me alegro un poco, aunque no me soluciono nada... La gente seguía mirándome y las cuatro niñas que habían estado diciéndome eso aun más...
Al salir de la clase las cuatro niñas me cogieron desprevenida y a empujones disimulados me metieron en el baño.
-¿Pero que hacéis flipadas?
-Lo de flipada ha dolido... Pero tranquila quedas perdonada... Agradece que eres guapa si no estarías muerta.
-Pero...-Al final consiguieron que me callase a base de ponerme las manos en la boca.
-Silvia la ropa, Lucia el pelo, Ángela el maquillaje yo superviso.-dijo la que había hablado antes, que era la que tenia pinta de llevar la voz cantante.
Todas se pusieron manos a la obra, una se puso a maquillarme, otra a cortarme la ropa y a hacerme dobladillos (bastante chapuceros...) y la ultima a soltarme el pelo y a peinarme según ella como era debido.
Al rato terminaron su “trabajo” y yo aun no había procesado los últimos acontecimientos que al suceder tan rápido ni siquiera había caido en la cuenta, así que no opuse resistencia cuando me movieron y me pusieron delante del espejo de cuerpo entero.
Estaba guapísima, el pelo me caía con gracia sobre los hombros y el maquillaje me resaltaba los ojos y mis pómulos marcados.
-¿Quienes sois?-conseguí decir al fin.
-Nosotras somos la elite del colegio Claret, donde te encuentras en este instante-¿se había denominado elite a ella misma?-y te vamos a convertir en una de nosotras, aunque quizá te falte lo que hay que tener...
-Esto no tiene sentido-dije mientras me intentaba alejar.
-Oh vamos, me vas a decir que no te encanta que la gente no te mire y comente sobre lo guapa y popula que eres. Oh por dios a todo el mundo le encanta la atención.
Me volví a mirar confundida al espejo, la verdad es que estaba guapísima bastante mas sexy y... tenia la autoestima por las nubes. Puede que me pudiera acostumbrar a eso... Al parecer ella se tomo mi silencio por un si.
-Esta tarde nos vamos de shoping, manicura, pedicura, peluquería y masaje. Te recogemos a las seis.
Y se fueron tal y como se habían ido, de repente...
Vale, esto no puede estar pasando... ¿Yo una popular? Bueno... si pruebo no pasara nado ¿no? Total... me iré dentro de un par de meses... y eso lo aguanta cualquiera...
Si, iré con ellas esta tarde. Solo por probar-me dije a mi misma intentando convencerme mientras salia sola de baño con una sonrisa de autosuficiencia en el rostro.
Una vez fuera todas las miradas volvieron a posarse sobre mi. Y los cuchicheos fueron instantáneos, aunque ahora en vez de criticarme mas bien me halagaban, me echaban piropos y todas esas cosas que siempre salen en las películas americanas.
Escuche algo así... “Joder... Marcos ¿Esa es tu hermanastra? Preséntamela... ¡Ahora!”
Y así es como vi de repente a cuatro chicos acercándose a mi y entre ellos estaba mi hermano con cara de ¿Que hago yo ahora?.
-Chiara, estos son Quino, Enrique y Matt.-Dijo señalándolos respectivamente.
-Hola chicos-dije observándolos con una dulce sonrisilla coqueta.
-Hola-dijo Matt- ¿Quieres que te enseñe el campus?
-Claro Matt-respondí instantáneamente-La verdad me siento un poco perdida-el me cogió por la cintura y me guió por todo el campus paseando. Era un chico agradable, divertido y además muy guapo. Nos pasamos todo el día riendo.
Por la tarde salí con las chicas, Yaralia, era la más una chica bajita de pelo oscuro y rizado pero con unas tetas gigantes que hacían que resaltase entre los demás. Lucia y Silvia eran gemelas, las dos rubias de ojos oscuros y algo tontas aunque bastante monas, Ángela era la que más dinero tenía del grupo y le llegaba el pelo hasta encima del culo, tenia que ser super incomodo aunque precioso.
Pasaron los días y me convertí en la chica mas deseada del Campus. Se me estaban empezando a olvidar aquel dicho que dice “aunque la mona se vista de seda mona se queda”. Aunque según parecía, eso no me afectaba a mí, por que me había adaptado también a la ciudad que hasta mi propia madre estaba asombrada con mis cambios.
Las chicas y yo nos hicimos inseparables, mi relación con Matt cada vez se hacia mas íntima y no había vuelta a mediar palabra con Marcos excepto en momentos claves como la hora de la comida.
La fecha de la boda de mi madre se acercaba inminente y el tiempo pasaba tan rápido que apenas me daba cuenta de lo que sucedía a mi alrededor.
Quedaban dos horas para la boda, y yo aun no estaba lista. Estaba dentro de mi vestidor con la cremallera enredada tan absorta que no me di cuenta de que el irrumpió en la habitación.
-Te ayudo-dijo la voz de Marcos desde la puerta. Me di la vuelta y lo que vi me dejo sorprendida. El estaba allí con sus pantalones de chaqueta, el pelo mojado y sin camisa. Aun tenia los pies descalzos-Bonito vestido.
-Gracias-respondí mientras me agarraba de la cintura.
-Debo reconocer que has cambiado mucho... Antes eras guapa, pero... Ahora... eres preciosa mucho más que cualquiera de esas amigas tuyas. Esas solo son guapas cuando se han echado los tres kilos de maquillaje.
-Si, he cambiado en todo pero soy la misma de siempre más o menos...
-Y yo... también he cambiado mucho desde que estas aquí... y quería decírtelo antes de que fuéramos oficialmente hermanos... Se que esto no esta bien pero... me gustas, mucho... Y no puedo evitarlo, eres perfecta. Incluso tengo celos cuando te veo con Matt y se que es mi mejor amigo pero... Cuando Quino y Enrique se ponen ha hablar de ti... Me supera.
Y en ese mismo instante me beso, pero esta vez no fue como la última vez. Ahora todo había cambiado, yo había cambiado... sus manos se deslizaron suavemente por mi cuerpo y sin saber como el empezó a quitarme el vestido, pare de besarle, le miré y decidi que ya no había vuelta atrás. Y aunque sabíamos que esto no estaba bien... Sucedió.
Si, he perdido la virginidad con el que dentro de unos pocos minutos será mi hermano no me juzguéis...
-No debería haber sucedido esto...
-¿No te gusto?-dijo el con voz preocupada mientras pegaba su cuerpo desnudo al mio.
-Si que me gustas pero... ¡Joder! Somos casi hermanos... Esto no debería pasar...
-Sin embargo... tu quieres que pase ¿no es cierto?
Me calle, si decía las palabras mágicas todo por lo que había luchado estos últimos días se iría a la mierda. Pero lo dije.
-Si lo es... pero es la hora de que nos vistamos y vayamos a la boda de nuestros padres.
-Cierto... entonces... podemos ser amantes.-dijo mientras me besaba.
El me miro y salió de la habitación, había cruzado la línea no había vuelta atrás. A partir de este punto no podría cambiar nada y todo estaría en manos del destino.
Esto no puede suceder mas...pero va a ser casi imposible... Dios dormimos en un mismo cuarto ¡Y hay dos camas de matrimonio! Es imposible no seguir nuestros instintos ¡Es instinto animal no hay más!
Me vestí mientras que le daba vueltas a todo lo sucedido y cuando llegue a la puerta Marcos me esperaba allí. Realmente podía acostumbrarme a que el me esperase con esa sonrisa picarona y el pelo revuelto.
El me dio la mano y salimos corriendo hacia nuestra propia tumba... O en este caso... boda de nuestros padres...

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