Chiarianos.

domingo, 4 de abril de 2010

Empezando de cero.




-Chiara tu madre al teléfono-dijo la ama de llaves forzando su voz para hacerse oír entre el ruido de las gallinas revoloteando.
-No me digas que ya está otra vez al teléfono es una pesada-Dije apenada. Realmente no me gustaba mi madre, era tan superficial… Tan… normal… demasiado predecible…
Aunque a mi eso poco me importaba en este momento justo cuando estaba a punto de sufrir un cambio tan radical en mi extraña vida.
Mi madre me había comentado que se iba a volver a casar, cosa no muy extraña en ella pues ya se había casado unas cinco veces. Y siempre me ha tocado a mi irme a vivir con ella y su nueva pareja según ella. Según ella siempre era el mejor hombre que había en toda la tierra patatín patatán. Por suerte sus matrimonios apenas duraban más de 2 meses o como máximo 3.
Así que siempre acababa volviendo a la vieja granja de mi abuelo paterno, que era mi único y verdadero hogar en este mundo, o eso pensaba yo hasta el momento.
Esta vez seria diferente a las veces anteriores donde solo estábamos el desconocido mi madre y yo, el nuevo marido de mi madre (Que no recuerdo su nombre) es viudo y tenia un hijo a su cargo o sea. Que iba a tener un hermanastro. El chico ese tendrá un año o dos más que yo… No lo se con exactitud. Y eso no lo va a hacer todo más fácil nunca se me había dado muy bien la gente en general…
-¡Chia cariño! (si, mi madre me llama Chia y suena a nombre de perra de París Hilton…) -gritó la voz de mi madre por el teléfono.
-Hola mama…-respondí apesadumbrada.
-¿Lista para venir a Barcelona y conocer a tu nuevo papá?-dijo con su voz aguda y penetrante, de esa que a los 2 minutos ya te duele la cabeza…
-Si-dije con un entusiasmo fingido.
-Excelente, te recogeré dentro de… ¿Cuánto te falta para terminar?
-Mm repasar las maletas y esas cosas.
-Perfecto en la puerta de casa en un cuarto de hora-Y la línea se corto de repente dejándome con la palabra cortada…
-Siempre me deja con la palabra en la boca...-refunfuñe mientras colgaba el teléfono y me dirigía al huerto de nuevo, no tenia ninguna intención de repasar las maletas...
Me tire en el suelo y mire hacia el cielo azul lo iba a extrañar tanto... Iba a extrañar todo lo que había allí. Mi aire puro, el huerto, el abuelo y su sonrisa torcida, el olor de galletas de la ama de llaves, Anabel, que era algo así como la madre que nunca había tenido y tanto añoraba. Todo en mi mundo se reducía a eso...
Y mientras que mi mente vagaba sin rumbo fijo pasaron mis 15 minutos de despedida que yo tanto ansiaba alargar.
Tras despedirme de todo lo que iba a dejar a mis espaldas solo me quedaba el triste consuelo de que no pasaría mucho tiempo antes de poder volver, de eso estaba segura. Total, si tenía suerte las peleas empezarían aun antes que la boda
Cogí las maletas de una forma casi robótica y me dirigí hacia la gran puerta, allí me esperaba el gran todo terreno de siempre, con el mismo chófer de siempre. Siempre esperándome para trasladarme hacia mi nuevo “hogar”. Si, os preguntareis por que no viene mi madre tal y como prometió pero… siempre hace lo mismo ella aunque haya dicho explicitamente que va a venir a recogerme está en Barcelona. No le importo lo mas mínimo solo quiere aparentar ser la familia perfecta durante algún tiempo y luego mandarme de nuevo a la granja del abuelo.
Bueno, a estas altura no hará falta decir que soy una chica de pueblo, que hasta hace bien poco no sabía que era una media. O que nunca a sus catorce años de edad se había depilado las ingles. Aunque a pesar de eso se puede decir que soy guapa, tengo el pelo color caoba y me cae hasta la cintura haciendo el mismo efecto que una cascada, tengo la piel tostada de tantísimas horas de sol. Unas pocas pecas sueltas adornaban mis pómulos haciéndolos parecer exóticos. Tengo unos grandes ojos en forma de avellana de color verde musgo. Soy alta y delgada aunque se podría decir coloquial mente que “estoy buena” o por lo menos eso era lo que decían de mí en mis anteriores colegios aunque a mi me parece más bien que soy bastante normalucha comparándome con las demás.
Nunca voy arreglada, siempre llevo mis míticos vaqueros y cualquier camiseta. Mi nombre, aunque sea de procedencia italiano no me hace más italiana, soy española de raíces. Pero mi nombre me lo pusieron italiano para que fuera mas “chik” vaya cosas…
El camino hacia el aeropuerto fue corto y silencioso, y el avión Málaga-Barcelona iba adelantado así que apenas tarde 1 hora y cuarto en embarcar hacer el trayecto y desembarcar. Algo que cualquier otro día se hubiese demorado una media hora.
Al llegar a Barcelona vi a mi madre esperándome. Enganchada al móvil… para variar...
Aunque eso ya no me importaba, estaba acostumbrada. Además eso me daba mas tiempo para prepararme de su charla incesante de como había encontrado al amor de su vida. Me monte de nuevo en el coche de mi madre en dirección a casa del desconocido al que debía llamar papa. (Que por cierto... Sigo sin saber como se llama)
La casa era tipo película inglesa, de esas que dices esa seguro que solo es un montaje, seguro que no existe... Todas las paredes eran de un blanco inmaculado y con grandes cristaleras. Estaba situada en un barrio a las afueras con vistas a una playa desierta. Las habitaciones eran grandes aunque solo había tres.
Perfecto, a si no tendré que compartir habitación con nadie, por lo menos eso era una grata sorpresa ya que me esperaba una casa pequeña compartiendo habitación con un adolescente lleno de granos sucio y desordenado con algo de fobia hacía al agua.
Pero no fue así todo fue justo al revés de lo que pensaba y quería. A mi madre se le había ocurrido poner su estudio en una de las grandes habitaciones y a mi me tocaba compartir la mía con el chico desconocido al que ni siquiera le había visto la cara...
Por lo menos, allí cerca había un parque gigante lleno de árboles y con un skate park en el centro donde poder escabullirme por las tardes.
La habitación del chico con el que tenia que compartir era demasiado bonita, muchísimo más de lo que esperaba era muy amplia, tenia una litera de matrimonio al fondo la cama de arriba con el edredón azul y el de abajo rosa. Un sofá también azul a la derecha con un televisor de pantalla plana (con la wii, xbox, play station 3, etc), dos portátiles (uno negro y otro blanco) dos armarios, un gran tocador lleno de espejos y maquillaje(Ja! ¿Que se creen que soy como mi madre? Que equivocados están) y dos puertas una de ella conducía a un baño con una bañera enorme, y la otra puerta iba a un vestidor, la mitad con ropa de hombre y la otra mitad vacía para mí obviamente.
Me resigne a no seguí viendo los detalles, pues sabia que si los veía me deprimiría... Me cambie rápidamente y me puse una camiseta de manga corta roja, uno vaqueros cagados y unas bambas rojas. Me hice una coleta alta y me dispuse a salir ha investigar mi nueva ciudad. De camino a la calle cogí un mapa y mi bolso rojo (Con el móvil, las llaves, un espejo, pañuelos de papel...)
Las calles eran amplias, bonitas y llenas de árboles y artistas callejeros. Pero muy ruidosas y abarrotadas de gente. Los centros comerciales estaban a rebosar de adolescentes de compras, yo me senté en un banco y me pare a ver mi mapa, después de estudiarlo durante un buen rato mientras me tomaba un café en el Starbucks me dirigí al parque donde estaba el skate park.
Estaba lleno de niños pijos, aunque la verdad muy guapos, no le preste atención a ninguno en especial, bueno si, a uno era guapísimo.
Tenía el pelo negro azabache con el flequillo para el lado y unos ojos azules grisaceos muy intensos. No tendría más de 16 o 17 años. Era alto y según parecía se machacaba en el gimnasio. El me pillo mirándole y me puse rojísima, se acerco a mí mientras me sonreía.
-Hola preciosa ¿Eres nueva por aquí?-dijo con voz demasiado grave para un cuerpo tan juvenil.
-Eh si, me he mudado hoy a una casa cercana-vaya respuesta más estúpida...
-¿Como te llamas?
-Chiara.
-Yo Marcos ¿Quieres que te enseñe la ciudad?-El corazón me latía rápido y mis hormonas parecían que estaban a punto de tener un colapso.
-Eh... Claro-dije rápidamente mientras me alisaba la larga coleta.
El me cogió por la cintura y nos fuimos a pasear por un parque cercano. Hablamos de cosas triviales, sin darles mucha importancia y riéndonos mucho. Y no se como llegamos a este punto solo recuerdo que estábamos hablando de el instituto y de repente me estaba besando. Pero no fue un simple beso en la mejilla de solo amigos. No, fue un beso de verdad de esos en los labios tipo película romántica. Y juro que ha sido el mejor de toda mi existencia.
-Me tengo que ir-dijo al rato-dame tu número y hablamos.
-Claro-respondí mientras se lo apuntaba en una servilleta y le daba un último beso antes de ver como se iba embobada como una niña que le dan el primer beso.
No sabia como se volvía a casa, así que tuve que echar mano a mi preciado mapa y de mi ingenio. Pero al final logre llegar. Y allí mi madre me estaba esperando con cara de “llegas tarde espero que tengas una buena explicación”
Pero no me dijo nada solo “A la ducha y rapidísimo que cenamos en media hora” Y apenas pude mirar a desconocido padre y desconocido hijo viendo la tele distraídamente en el sofá de cuero rojo y ni siquiera se dignaron a mirar a la que proximamente sería su hijastra y hermanastra respectivamente.
Me metí rápidamente en la ducha donde me quede un buen rato tan absorta en el ruido de mi corazón que apenas pude sentir al desconocido hijo observándome a través de la mampara transparente. Viendo mi espalda y piernas desnudas.
-Eh, lo siento no sabía que el baño estaba ocupado-dijo mientras yo, asustada me intentaba tapar con una pequeña toalla.
Lo mire corriendo, esa cara me sonaba, el pelo oscuro, los ojos claros... ¡era Marcos! Ya decía yo que sus rasgos me recordaban a los de alguien ¡Ja! A los del chico que llevaba besando toda la tarde...
-¿Marcos?
-¿Chiara?
-¿Que haces aquí?
-Eso mismo te iba a preguntar yo...
¿Mi hermanastro era el chico con el que me acababa de liar? ¡Dios! Esto parece un culebrón.

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